Inmuebles sostenibles y responsables: las oportunidades que ofrece la taxonomía europea
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¿Qué es la taxonomía europea?
La taxonomía europea es un marco normativo desarrollado por la Unión Europea con el fin de clasificar las actividades económicas que tienen un impacto positivo en el medio ambiente. Su principal objetivo es facilitar la transición a una economía más verde y sostenible identificando los sectores y las empresas más implicados.
La taxonomía se basa en seis objetivos medioambientales:
- atenuación del cambio climático
- adaptación al cambio climático
- protección y uso sostenible de los recursos hídricos y marinos
- transición hacia una economía circular
- prevención y control de la contaminación
- protección y restauración de la biodiversidad de los ecosistemas
Esta iniciativa se dirige principalmente a las grandes empresas de más de 500 empleados así como a las instituciones financieras, que desempeñan un papel crucial en la financiación y la implementación de proyectos económicos.
La construcción: un sector afectado
De los diez sectores afectados por la taxonomía europea, el de la construcción ocupa un lugar preponderante. Los edificios tienen un impacto significativo en el medio ambiente, desde su construcción hasta su uso diario: viviendas colectivas o individuales, oficinas y comercios, almacenes, hoteles, centros escolares y museos.
Como recordatorio, el sector inmobiliario representa en torno al 40 % del consumo energético europeo y el 36 % de las emisiones de carbono. En Francia, representa el 44 % del consumo de energía y casi el 25 % de las emisiones de CO2.
El Observatoire de l’Immobilier Durable (Observatorio del sector inmobiliario sostenible) ha elaborado una presentación visual en la que se detallan los aspectos específicos afectados por esta taxonomía. Este pone en evidencia la importancia de la eficiencia energética, del uso de materiales sostenibles y reciclables, de la gestión del agua y de los residuos, así como de la biodiversidad.
¿Cuáles son las consecuencias para los profesionales del sector inmobiliario?
Para asegurarse de que sus edificios cumplen los criterios de la taxonomía europea, puede someterse a la certificación HQE Bâtiment Durable (Alta calidad medioambiental – Construcción sostenible). Dicha certificación se clasifica en tres casos, en función de sus necesidades como promotor inmobiliario: construcción, renovación y adquisición y gestión de edificios.
La certificación HQE Bâtiment Durable ofrece la mejor prueba de que un edificio se ajusta a la taxonomía europea. Esta certifica el rendimiento energético, la gestión responsable de los recursos, la calidad del aire interior, la adaptabilidad de los edificios y muchos otros criterios que contribuyen a una construcción respetuosa con el medio ambiente. Además, mejora su calificación ESG (Environnementaux, Sociaux et de Gouvernance, Aspectos medioambientales, sociales y de gobernanza) e ISR (Investissement Socialement Responsable, Inversión socialmente responsable) y le permite acceder a las mejores condiciones de financiación.
¿Favorece esta taxonomía verde a los edificios de nueva construcción en detrimento de los antiguos que necesitan renovación? Así lo cree Louis Moullas, Director General del Observatoire de l’Immobilier Durable. En una entrevista concedida a Le Moniteur, declaró: “será mucho más sencillo para cualquier administrador inmobiliario comprar un edificio construido después de 2020 que cumpla la normativa europea RE2020 para ser considerado verde en términos de adquisición y propiedad. Así pues, la taxonomía europea da una ventaja competitiva muy fuerte a los inmuebles nuevos.”
Esta visión debe matizarse. Nicolas Biais, Director Asociado de Primpromo, analiza: “Si bien la forma más sencilla de cumplir con la Taxonomía Europea es apostar por los edificios nuevos construidos después de 2020, el contexto inmobiliario actual no favorece la construcción de viviendas nuevas, ni en Francia ni en el resto de la Uni ón Europea.” En Francia, las reservas de viviendas nuevas se redujeron un 15 % en 2022, según el último balance del Ministerio de Transición Ecológica. La división de vivienda de la Fédération Française du Bâtiment (Federación Francesa de la Construcción) calcula que esto representa una caída de 70 000 nuevas viviendas en un año. Nicolas Biais concluye: “la tendencia es, por tanto, a una “crisis de la vivienda nueva”, ilustrada por una caída de los permisos de construcción el año pasado y una ralentización de los inicios de las obras.”
En estas condiciones, la ventaja proporcionada a los edificios nuevos para conformarse a la Taxonomía Europea puede resultar difícil de aprovechar en los próximos años. Por tanto, queda la rehabilitación de edificios antiguos, sobre todo los que son “coladeros térmicos”, que representan 7,2 millones de edificios en Francia , según el Observatoire National de la Rénovation Énergétique (Observatorio Nacional de la Renovación Energética, ONRE).
La renovación de los edificios más antiguos es la prioridad de los próximos años. Así pues, es probable que esta situación limite el número de empresas que podrán cumplir con la certificación HQE Bâtiment Durable. ¿Durante cuánto tiempo?
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