Propiedad sostenible: ¡la naturaleza nos da las claves!

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La intensificación de los fenómenos climáticos extremos es otra razón para preguntarse cómo podemos anticiparnos con valentía e inteligencia a la explosión urbana del futuro.

En este contexto, es evidente que el sector de la construcción ha de desempeñar un papel clave: representa el 44 % del consumo energético en Francia y el 22 % de las emisiones de gases de efecto invernadero del país, solo por detrás de la industria y el transporte. Afortunadamente, hay un rayo de luz en este sombrío panorama: existen soluciones innovadoras justo delante de nosotros.

Inspirarse en los sistemas vivos

La biomímesis se encuentra entre uno de los enfoques que pueden utilizarse para replantearse el desarrollo inmobiliario. Su principio: comprender los sistemas vivos para inspirarse en ellos… o incluso imitarlos. Estos sistemas rebosan cualidades y habilidades de las que tenemos mucho que aprender para afrontar los retos medioambientales y sociales de nuestro tiempo: resiliencia, adaptabilidad, capacidad de evolucionar, reparar, aprender. Y las estrategias de adaptación de estos mismos sistemas (utilización de recursos renovables, disponibles localmente o puestos en común, etc.) ofrecen perspectivas apasionantes para diseñar los edificios del mañana.

Hace unos años, el arquitecto Michael Pawlyn diseñó todo un edificio de oficinas con arquitectura biomimética. El resultado es extraordinario. Convencido de que la naturaleza suele crear “formas complejas con la menor cantidad posible de material exactamente donde se necesita“, Michael Pawlyn basó la arquitectura del edificio en la estructura ósea de las aves. En sus cerebros, los huesos, muy ligeros para garantizar el vuelo, se superponen en finas capas que, combinadas entre sí, conforman la solidez de la cavidad craneal. Increíble, ¿verdad? E inspirador para un edificio. Y eso no es todo, ya que el edificio en cuestión se inspira en criaturas de los fondos marinos para su iluminación natural, produce su propia energía y es térmicamente autónomo.

Abrir las puertas del sector de la construcción a nuevos actore

En realidad, el tema de la biomímesis no es en absoluto nuevo. A principios del siglo XX, Antonio Gaudí ya se basaba en el mundo vegetal para sus proyectos. Otros arquitectos también han diseñado edificios como organismos vivos, integrados y adaptados a su entorno, capaces de prestar servicios ecosistémicos: recoger la biodiversidad, garantizar la calidad del aire, depurar el agua de lluvia, convertir la luz solar en energía aprovechable, etc. No obstante, es necesario que se siga profundizando en ello y que los profesionales se culturicen al respecto para cambiar el paradigma e integrar soluciones biomiméticas en los programas inmobiliarios. A este respecto, será determinante estrechar lazos con nuevos agentes: biólogos, ecólogos, entomólogos.

La Biomim’expo, celebrada el 9 de noviembre, brindó la oportunidad de encuentros entre expertos de todas las disciplinas científicas y de todos los sectores. Su objetivo: hacer que nuestros espacios vitales sean compatibles con el planeta y sus habitantes.

¿Y si analizáramos en mayor profundidad sus conclusiones para responder a los imperativos normativos cada vez más estrictos, pero sobre todo para avanzar hacia modelos urbanos más resilientes y sostenibles?

Nicolas Biais,
Director de Primpromo

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